miércoles, 30 de junio de 2010

Caso 4: Sospecha de maltrato infantil

Andrés es un paciente de de 6 años que es llevado por su padre al servicio de urgencia a las 21:00 horas de un dia viernes. En este lugar, el padre relata que su hijo llora y se queja de dolor en el antebrazo derecho desde hace un par de horas. Además explica que el piensa que Andrés alo mejor se ha golpeado mientras jugaba en su casa.
El examen médico plantea el diagnostico de una fractura reciente en el antebrazo derecho y la radiografía solicitada confirma esto y muestra signos de una lesión reciente producida probablemente por una tercera persona.

1. ¿Cómo informa a usted al padre el diagnóstico?

Corresponde en este caso informarle debidamente al padre el diagnóstico de fractura de antebrazo derecho y que por las características de la lesión y el grado de desplazamiento del hueso que se evidencia en la radiografía, el mecanismo que lo explica a cabalidad es una agresión o golpe por alguien de la fuerza de un adulto y no podría corresponder a un simple golpe en la casa como nos cuenta él. Además agregaría que es por esta razón que se va a indagar acerca de un posible maltrato infantil. Esto dicho en un ambiente privado con el padre, para no perjudicar aún más emocionalmente a Andrés.

¿Qué pasos seguiría para saber lo ocurrido?

Para obtener una información más veraz de lo sucedido, le pediría al padre que me cuente con todo detalle cual es la información que el realmente maneja de lo sucedido, después recurriría a Andrés a pedirle que me explique todo lo que se acuerde de esta lesión y si le ha pasado “algo similar” en otras ocasiones. Además complementaría el examen físico buscando signos y síntomas más característicos de Maltrato Infantil como pueden ser los siguientes:
Generales:
1. Lesiones traumáticas múltiples sin explicación.
2. Quemaduras por inmersión en agua caliente con niveles netos.
3. Quemaduras de cigarrillos.
4. Quemadura con la forma de objetos. (Ej. plancha).
5. Equimosis y hematomas en diferentes partes del cuerpo y con diferentes etapas de evolución.
6. Alopecía por arrancamiento de cabello
7. Lesiones en región genito-anal
8. Mordeduras.
Actitudes del niño:
1. Niño angustiado o depresivo
2. Manifiesta conductas extremas (agresividad)
3. Parece tener miedo a los padres a volver a su casa
Signos y síntomas de abuso sexual
1. Dificultad para andar o sentarse
2. Enuresis o encopresis
3. Ropa interior rasgada o ensangrentada
4. Genitales o ano hinchados, dilatados o rojos
5. Presencia de semen en genitales, boca o ropa
6. Enfermedades de transmisión sexual
7. Embarazo (si fuera niña)


2. ¿Cómo actuaría si el padre se niega a aceptar el origen traumático de la lesión y no acepta cooperar ni recibir ayuda por un posible maltrato infantil?

Si el padre se niega a cooperar, se le debe hacer entender que el hecho que se esté negando no hace más que entorpecer la situación y que en caso que se determine que hay maltrato infantil y se practicara una denuncia, este antecedente de ocultar información lo haría sospechoso de ser maltratador.

Despues de un buen rato de conversación y alertado por un auxiliar de enfermería, concurre al box de atención el carabinero de guardia del servicio de urgencia. El carabinero aparece con la intención de detener al padre del paciente por sospecha de maltrato infantil.

3. ¿Cómo debería actuar el médico en este caso?

Se deben seguir ciertos pasos en cuanto a la evaluación, sospecha y diagnóstico de maltrato infantil que nos servirán de guía, para actuar de acuerdo a la legalidad, antes de realizar una denuncia a carabineros en forma apresurada.

Una vez realizada una primera parte de una anamnesis próxima y remota y un examen físico acuciosos en cuanto a la búsqueda de estigmas de maltrato infantil (como describimos en la pregunta uno), el médico tratante debe realizar un informe según su apreciación. Luego, es el turno de la asistencia social, quién a través de entrevistas, debe realizar un informe. Ambos, son revisados y discutidos por el comité de maltrato del establecimiento correspondiente, quién resuelve la existencia o no de maltrato, y realiza la denuncia correspondiente, ya sea a carabineros, policía de investigaciones o directamente a los tribunales de justicia, según la gravedad de los hechos, los cuáles no cabe diferenciar en ésta explicación.
Se debe aclarar, que según la UNICEF, existen 3 tipos de maltrato: el físico, el emocional y el sexual. Dadas las características del caso clínico, lo recién expuesto, se basa exclusivamente en el maltrato físico.

Después de una nueva conversación, ahora mas calmada y reflexiva, el padre relata que encontró a su hijo en estas condiciones al volver del trabajo, cerca de las 20:30 horas. Agrega que fue la madre del paciente quien se percató del dolor y quien le pidió al padre que fuese al servicio de urgencia. Ella cuida a dos hermanos gemelos de 15 días de vida, de manera que Andrés ha estado a cargo de una niñera durante todo el día.

4. ¿Qué cree Usted que corresponde hacer ahora?
Ante la sospecha de maltrato infantil, hospitalizaríamos Andrés lo que permite aislarlo del ambiente familiar de tal forma que se sienta protegido para contar lo que le sucedió. Comenzar por preguntarle sus hobbies, intereses de tal forma que se sienta en confianza, y preguntar por su dinámica diaria, quienes son sus amigos, con quién se queda en las tardes, como es el trato con la persona, como es la relación con sus padres, como ha llevado el hecho de tener dos hermanos recién nacidos, etcétera. Es decir, indagar sobre la estructura familiar, su comportamiento y a la vez examinar su conducta, como se desenvuelve y se maneja con el médico a cargo. En situaciones ideales sería óptimo contar con un equipo multidisciplinario formado por el pediatra, psicólogos y asistente social de tal forma que sigan este caso de sospecha de maltrato infantil. Dependiendo del relato del escolar decidiríamos hacer la denuncia.
Es necesario considerar que excluyendo la mayoría de los casos de violencia grave es posible pensar que los padres y otras figuras parentales que interactúan en forma violenta con sus hijos, hacen su mejor esfuerzo y fracasan ante sus limitaciones. Habría que pensar en cómo ayudarlos a tener éxito en su rol y a administrar el poder, cosa que generalmente ellos anhelan.
Una buena orientación para el medico es tratar a los posibles responsables del maltrato con una visión de ayuda y no de castigo lo que permite mayor alianza y colaboración en el tratamiento. Además, permite conservar y proteger los aspectos buenos de la relación parental, proteger la unidad familiar y ayudar a modelar mejores vinculaciones con menos castigos y con una percepción más positiva de las personas y la sociedad.
En la minoría de los casos será necesario el uso de la fuerza y la coerción para frenar la violencia ya que genera un profundo daño a la víctima.
Como objetivos en una intervención familiar, destacan:
- Mejorar la capacidad de la familia para enfrentar las distintas etapas del ciclo vital, especialmente las que involucran la crianza y la socialización.
- Mejorar la calidad de las relaciones familiares, tanto entre sus miembros, como de estos con su entorno.
- Disminuir los factores ambientales que contribuyen a aumentar el estrés familiar.
- Reforzar los sistemas de apoyo social.
- Tratar patología asociada, especialmente la psiquiátrica de los padres.
- Evaluar la posibilidad de daños psiquiátricos/psicológicos con consecuencias a mediano o largo plazo en el niño y de ser así tratarlo.

Caso clínico N° 3 y bibliografía de utilidad

Julian tiene 13 años y se atiende en un servicio traumatológico por un cáncer óseo en la tibia derecha. Después de evaluar bien la situación, los médicos plantean la necesidad de realizar una amputación de la pierna comprometida. Este tratamiento quirúrgico ofrece buenas espectativas de curación, superiores al manejo médico (quimioterapia y/o radioterapia).

(CONTINUA)
Algunos meses después de la amputación, aparece un nuevo tumor neoplásico en la zona proximal del fémur derecho. El estudio indica que se trata del mismo cáncer y que es una forma muy agresiva. El tratamiento médico ofrece pocas oportunidades de curación y el tratamiento quirúrgico significa una nueva amputación. Esta vez, no se puede asegurar la no aparición del cáncer.


para acceder al documento acerca del consentimiento informado en pediatría, clickea AQUI.

Caso clínico 3

1. ¿Qué condiciones debe reunir el consentimiento informado para esta intervención?

En el caso anteriormente expuesto, estamos tratando con un niño de 13 años, el cual está legalmente incapacitado para tomar decisiones propias, siendo estas de responsabilidad de sus representantes legales (padres), pero podría estar en condiciones de poder elegir cuál es su voluntad con respecto a problemas de su salud.

Ya en conocimiento del contexto, podemos determinar cuáles son las condiciones que se deben cumplir para realizar un buen consentimiento informado. Estas son:

Información completa:es fundamental informar al paciente y sus padres de la naturaleza de la enfermedad que sufre, su pronóstico, y de las alternativas terapéuticas, todas de manera completa, adecuada y veraz. Esta información debe ser entregada de la manera que resulte lo más entendible y asimilable por parte del niño, en un lenguaje adecuado y evitando el exceso de tecnicismos. Ya que el consentimiento informado se basa en el principio de Autonomía, resulta imprescindible para las personas involucradas conocer toda la información relevante para el caso.

Comprensión. Es necesario que el individuo comprenda la información proporcionada desde su ángulo en función de su inteligencia, habilidad de razonamiento, madurez y lenguaje.Este punto es de vital importancia, ya que si el niño tiene una adecuada comprensión (determinada por el nivel de entendimiento del niño y por las facilidades que otorga el médico en la entrega de la información) éste será capaz de entregar su opinión y ésta debe ser considerada. Si el niño es capaz de comprender de manera adecuada su situación, también será capaz de colaborar en la toma de decisiones.

Voluntariedad. Los pacientes deben tener la posibilidad de decidir libremente si desean o no los procedimientos diagnósticos o terapéuticos. No debe existir coacción, es decir, no debe presionarse para que tome rápidamente decisiones sin haber elaborado adecuadamente la información. Este punto también es relevante, ya que el niño a esta edad puede tener comprensión y no tener la voluntad para someterse a algún proceso médico.

2. Si el paciente, por razones entendibles, se resiste a la amputación, ¿Qué se debe hacer para lograr su aprobación y hacer la intervención quirúrgica?

Para poder lograr la aprobación del paciente, resulta necesario informarlo de todas las posibles consecuencias de cada curso de acción, tanto tomado como no tomado. Como herramienta útil se puede utilizar la persuasión, entregando argumentos que sean razonables, los que busquen inducir la aceptación de la intervención propuesta.

Considerando los antecedentes descritos en el caso, se trata de un cáncer óseo que para su curación completa requeriría de la resección quirúrgica. Resultaría importante recalcarle que la mejor opción para curarse sería someterse a cirugía, ya que las otras alternativas puede que no logren la curación y que existe la posibilidad de que la enfermedad reaparezca una vez tratado o incluso que no responda al tratamiento y que sea necesario igualmente realizar la cirugía ya no sólo para salvar la mayor cantidad de anatomíay función, sino para resguardar la vida del paciente.

En el fondo lo importante es la utilización de la persuasión como herramienta para recalcar lo positivo de la intervención propuesta y las posibles consecuencias de no seguirla. Otros medios de obtener la aprobación (manipulación de la información, coacción) no serían válidos.

3. Ante esta nueva situación, ¿Quiénes deben participar en la toma de decisión y que requisitos deben cumplirse para finalmente decidir?

Para definir quién debe participar en la toma de decisión acerca del manejo de este nuevo evento es necesario reconocer a los actores involucrados en el caso.

En primer lugar se encuentra el paciente, quien si bien es cierto es un menor de edad, podría estar en condiciones de decidir cuál es su voluntad acerca de su futuro. En base a lo anterior, entra en juego la opinión y postura de sus familiares directos, lo más probable es que sean sus padres, quienes tienen la responsabilidad legal de su cuidado. Es importante considerar como la familia, y principalmente el paciente, han enfrentado la primera amputación, que problemas han tenido y como lo han hecho para superarlos, ya que podríamos plantear un escenario similar frente a esta nueva amputación. Por último, para que éste binomio padres-hijo puedan decidir de manera adecuada requieren de todas las condiciones expuestas previamente, información completa, comprensión y voluntariedad.

En segundo lugar se encuentra el equipo médico, que frente a esta nueva situación se presenta limitado para ofrecer un tratamiento que garantice una buena evolución. En cuanto a la alternativa de la amputación, y sólo refiriéndonos a aspectos técnicos, las condiciones no varían mucho con respecto a la primera amputación. La gran diferencia radica en el pronóstico incierto que ofrece esta alternativa frente a una recidiva del cáncer. El deber del equipo es informar de manera completa al paciente y su familia acerca de la situación actual y de las pocas garantías que se presentan en términos de pronóstico frente a esta nueva amputación.

4. ¿Qué recomendaría si usted fuera el médico tratante?

Considerando lo anteriormente expuesto, y teniendo en cuenta si es que la familia respondió a la primera amputación de manera adecuada, yo recomendaría una nueva amputación ya que el manejo médico es menos agresivo pero ofrece pocas posibilidades de curación, a diferencia de la amputación que si bien no garantiza la erradicación completa del cáncer, tiene mejores resultados.

Vivir con Alopecia Areata

Adjunto un video (en ingles), del noticiario de la abc, en donde se esboza lo que significa para el paciente y su madre el vivir con esta patología, punto importante para el analisis. Cabe destacar que en este reportaje se toma como etiología principal, la autoinmune.

Descripción de la patología

Adjunto una pequeña descripción de la alopecia areata con una foto de la misma para aclarar algo el cuadro de nuestro paciente. He destacado la información que puede importar en este caso.
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Alopecia areata

Es un tipo de caída del cabello de patogenia no totalmente esclarecida, pero muy relacionada con situaciones de estrés. En ocasiones puede haber un substrato autoinmune.

Puede aparecer a cualquier edad y afecta en igual medida a ambos sexos. Se estima que afecta a una de cada mil personas.La alopecia areata suele presentarse en forma de placas redondeadas (en forma de monedas) en el cuero cabelludo, aunque también puede extenderse a otras zonas del cuerpo.

En algunos casos, la alopecia areata puede progresar hasta la desaparición total del cabello.

Los folículos pilosos no quedan destruidos con esta enfermedad, por lo que el pelo suele volver a crecer, si bien es cierto que son muy frecuentes las recidivas (recaídas) en pacientes que la han sufrido alguna vez, si persisten los factores desencadenantes.

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martes, 29 de junio de 2010

ALOPECIA

A continuación adjuntamos una revisión sobre la Alopecia y su relación con ciertos factores psicológicos, que será de utilidad para comentar el caso número 1.




INTRODUCTION — Hair loss, or alopecia, is classified broadly as either scarring or nonscarring:

  • Scarring alopecia refers to hair loss associated with fibrosis and scar tissue that replaces and often permanently destroys the hair follicle. Examples include bullous diseases, chemical alopecia, discoid lupus erythematosus, folliculitis (severe), lichen planopilaris, dissecting cellulitis, and tumors.
  • Nonscarring alopecia refers to hair loss without permanent destruction of the hair follicle. Examples include anagen effluvium, androgenetic alopecia, chemical alopecia, folliculitis (mild), inherited disorders of the hair shaft, telogen effluvium, alopecia areata, and traumatic alopecia.
All types of hair loss can be psychologically debilitating [1]. Thus, psychologic support is essential for all patients with hair loss. This review discusses the major nonscarring alopecias. Androgenetic alopecia and alopecia areata are discussed in detail separately. (See "Androgenetic alopecia" and "Alopecia areata".)

HAIR GROWTH CYCLE — We have all of our terminal hair follicles at birth. Growth of each of these follicles on the scalp is cyclic [2]:

  • The growth phase, termed anagen, lasts two to three years.
  • The involutional phase, termed catagen, lasts two to three weeks.
  • The resting phase, termed telogen, lasts three to four months. Hair is released from the hair shaft and shed at the end of telogen, and the next cycle is initiated. Telogen hairs are characterized by a mature root sheath, or "club," at the proximal end.
In the normal scalp, approximately 80 to 90 percent of follicles are growing (anagen), about 5 to 10 percent are resting (telogen), and 1 to 3 percent are undergoing involution (catagen) [3,4]. Each day up to 75 hairs in telogen are shed from the scalp and about the same number of follicles enter anagen [2].

ANDROGENETIC ALOPECIA — Androgenetic alopecia is the most common type of hair loss, affecting approximately 30 to 40 percent of adult men and women [5]. The incidence is the same among men and women, although it may be camouflaged better in the latter. While it often affects women prior to the age of 40, the incidence increases around the time of menopause. Androgenetic alopecia is discussed separately. (See "Androgenetic alopecia".)

ALOPECIA AREATA — Alopecia areata is a chronic inflammatory disorder affecting hair follicles and sometimes the nails that produces nonscarring hair loss. Patients typically develop discrete areas of complete hair loss. Alopecia areata is discussed separately. (See "Alopecia areata".)

TELOGEN EFFLUVIUM — Telogen effluvium is the most common cause of diffuse hair loss. The disease results in reversible diffuse loss of mature, terminal hairs, usually following a significant stressful event (picture 1). Common triggers include pregnancy, severe weight loss (including with dieting), major illnesses and surgery, and traumatic psychological events.

As mentioned above, normal hair loss averages 75 to 100 hairs per day. In telogen effluvium, rather than 1 to 5 percent of hair being lost in a staggered fashion, a stress triggers more hairs into the telogen phase, causing diffuse hair loss that peaks approximately three to four months after the inciting event. Usually up to 20 percent of the hair must be lost before it is cosmetically apparent. Thus, complaints of hair loss should not be discounted in someone who still has a full head of hair.

Diagnosis — The "pull" test can be performed to document an active shedding process. Carefully grasp about two to three dozen hairs and lightly tug to see how many hairs will come out. Obtaining more than 5 telogen (club) hairs is abnormal. Patients can also perform daily counts of hair loss; as many as several hundred mature, telogen hairs may be lost each day. A history of an inciting event is helpful, but the absence of such an event does not rule out the diagnosis.

Differential diagnosis

Anagen effluvium — Anagen effluvium involves loss of growing (anagen) hair. Because the majority of hair is in this phase, acute loss involves 80 to 90 percent of hair. Anagen effluvium results from alkylating, antimitotic, or cytotoxic agents (eg, cancer chemotherapy) 10 to 14 days after the insult. (See "Chemotherapy-induced alopecia".)

Androgenetic alopecia — As mentioned above, androgenetic alopecia involves gradual, not acute, loss of hair from the vertex or frontal hairline. In women the disease can be diffuse and difficult to distinguish clinically from telogen effluvium.

Other — Other causes of diffuse hair loss should be considered if no inciting event can be identified. Many medications can cause hair loss (table 1) [6]. Additional conditions to consider include thyroid disease, connective tissue disease, hypervitaminosis A, syphilis, and nutritional deficiencies of zinc or biotin. It is uncertain whether iron deficiency and/or iron deficiency anemia cause hair loss [7,8].

Laboratory measurements that are usually appropriate in a patient with diffuse hair loss of uncertain etiology include:
  • Thyroid stimulating hormone (TSH)
  • Iron studies (serum iron and total iron binding capacity)
In patients with historical risk factors for sexually transmitted diseases, testing for syphilis with an RPR is indicated. In patients with other evidence of an autoimmune disorder, testing for such disorders may include an antinuclear antigen (ANA).
In women with diffuse hair loss and evidence of androgen excess (eg, acne, hirsutism, amenorrhea), testing should include total testosterone, dehydroepiandrosterone sulfate (DHEAS), and prolactin levels. (See "Androgenetic alopecia", section on 'Diagnosis'.)

Treatment — There is no specific treatment for telogen effluvium. The first goal of therapy is to identify the cause. Review medications that the patient is taking and consider checking thyroid function tests, a serum ferritin, and CBC in unclear cases. Consider obtaining an ANA if the patient has systemic complaints suggestive of connective tissue disease.

Patient education

  • Patients with telogen effluvium should be reassured that they will not lose all of their hair, that the process is usually reversible, and that regrowth should occur over the next three to four months.
  • Styling options (eg, permanents) may help existing hair look fuller and will not cause damage.
  • Volumizing shampoos (readily available in grocery stores and pharmacies) may also help existing hair look fuller.

TRAUMATIC ALOPECIA — Traumatic alopecia includes alopecia caused by mechanical traction, chemical trauma, and trichotillomania (nervous, self-induced hair pulling). Styling techniques that call for chronic tension on the hair, repeated use of lye-containing chemicals for hair straightening, or hot oils for styling may cause a reversible loss of hair that can become permanent if use of these techniques continues. In addition, habits of pulling, twisting, and plucking hairs cause a bizarre distribution of broken off hairs that is initially reversible but may become permanent if the habits persist.

Clinical features — The distribution of hair loss varies depending upon styling techniques, but it is most prominent in areas where greatest tension occurs (picture 2). A bizarre, asymmetric, and irregular hair loss pattern is characteristic of trichotillomania (picture 3).

Diagnosis — The diagnosis is made on the basis of the unusual pattern of hair loss. The history should include the exact styling techniques and products used. Occasionally a biopsy specimen is necessary to diagnose trichotillomania if the patient denies any hair-pulling habit. The hair pull test will show fragmented hairs of varying lengths.

Differential diagnosis

Alopecia areata — Hairs are not broken off at various lengths. There should be areas of smooth hair loss in round patches.

Tinea capitis — Scaling is present. Look for adenopathy or erythema. KOH prep shows hyphae. (See "Dermatologic procedures", section on 'Potassium hydroxide prep'.)

Treatment/patient education

  • Fluoxetine hydrochloride (Prozac) 20 to 40 mg a day in adults or clomipramine (Anafranil) 25 to 250 mg/day in adults or a maximum of 3 mg/kg per day in children have had variable success for alleviating compulsive hair pulling [9-11].
  • Regrowth cannot be evaluated for several months. Hair loss may be permanent if the problem is longstanding.

INFORMATION FOR PATIENTS — Educational materials on this topic are available for patients. (See "Patient information: Hair loss in men and women (androgenetic alopecia)" and "Patient information: Alopecia areata".) We encourage you to print or e-mail these topic reviews, or to refer patients to our public web site, www.uptodate.com/patients, which includes these and other topics.

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lunes, 28 de junio de 2010

Caso Clinico 1: Paciente pediátrico, policlínico


PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE EL CASO. Realizadas en conjunto.

1. ¿Qué tipo de problema se ha producido entre el paciente, su madre y la dermatóloga?

Este caso clínico describe una situación común en la práctica clínica actual, un conflicto entre el juicio clínico y las opiniones e intereses del paciente, basado en el desconocimiento y desinformación del paciente (o su tutor legal en este caso), que lleva a discusiones mal fundadas y desviaciones en los cursos de acción, que sólo retrasan el diagnóstico y manejo oportuno del paciente.

La madre de Jorge, en un contexto de recelo, escepticismo e insatisfacción hacia el sistema de atención en salud, toma la decisión de rechazar la atención psicológica propuesta por la dermatóloga. Esta decisión podría considerar como válida si es analizada desde el principio de autonomía del paciente, pero para ello debiera basarse en razonamientos fundados en la correcta información respecto a la patología y sus posibles cursos de acción.

En este caso la falta de información afecta el correcto ejercicio de la autonomía por parte de la madre del paciente, lo que constituye no sólo una responsabilidad de ella misma, sino también de la doctora a cargo del caso.

2. ¿Se podría haber prevenido esta situación? ¿Qué rol ha jugado el médico general?

Esta situación podría haber sido prevenida si la madre hubiese sido informada desde el comienzo de una posible causa psicológica, ahora bien esto sólo podría haber ocurrido si el médico general hubiera tenido conocimiento de esta relación. En caso de no ser así, nos parece correcta la derivación que hizo el médico general a un especialista.

Por otro lado, el escepticismo de la madre de Jorge, se debe en gran medida a la insatisfacción con el sistema de atención, que la ha hecho esperar por dos meses para recibir la atención del especialista que ella ni siquiera cree que necesita, por tanto una atención precoz podría haber sido también beneficiosa para la relación médico paciente. De no ser posible, el médico general podría haberse responsabilizado por el seguimiento y manejo interino del paciente, hasta que sea atendido por el especialista. De esta forma, la madre habría establecido una relación de confianza con el médico, siguiendo sus indicaciones y considerando su juicio clínico a la hora de tomar decisiones.

Por su parte, la dermatóloga, podría haber manejado la condición del paciente con mayor sutileza, intentando empatizar con los sentimientos de la madre al momento de sugerir la interconsulta a psicología, informándole y explicándole sobre la enfermedad de Jorge y la necesidad de contar con su colaboración para el manejo de su hijo.

Finalmente la ambivalencia de la dermatóloga al momento de considerar los factores psicológicos, pero además indicar una solución tópica, afecta la credibilidad y confianza de la madre de Jorge, lo que también pudo haber sido evitado.

3. Defina cual sería el dilema ético. ¿Qué cursos de acción son posibles?

Para plantear nuestro conflicto ético, primero debemos identificar el problema principal involucrado en el caso. A nuestro parecer, éste sería la “contraposición de las ideas de la madre respecto al actuar del médico en el tratamiento de la enfermedad de Jorge”.

Aclarado lo anterior, debemos enfocarnos al dilema ético propiamente tal, que creemos es la contraposición de los máximos morales de autonomía y de beneficencia. La autonomía es representada por las decisiones que quiere tomar la madre del niño quien asegura no estar en un contexto psicosocial capaz de producir una enfermedad psicosomática en su hijo. La beneficencia por su lado, es simbolizada por el médico especialista quien debe asegurar la integridad del niño, descartando un posible contexto social por medio del psicólogo y asegurando el mejor tratamiento a través de la exigencia del cumplimiento de las indicaciones según la hipótesis diagnóstica planteada.

Responder a esta contraposición de valores implica el planteamiento de diferentes cursos de acción, de los cuales debemos elegir uno según las consecuencias de éstos. Dentro de los caminos existen dos que son opuestos entre sí, y un tercero que sale de la mezcla de los otros:

a. Informar y dar libertad de acción a la madre sobre su hijo (“El bien según el paciente”).

b. Informar y persuadir a la madre sobre las decisiones médicas planteadas para el diagnóstico de Jorge.

c. No informar y buscar una estrategia para evadir la intervención de la madre de forma tal que el médico realice su tratamiento en forma efectiva (“El bien según el médico: modelo paternalista”).

En cualquiera de estos caminos se debe considerar los pensamientos de Jorge, nuestro paciente, ya que tanto la madre como el especialista pueden estar sesgándose por sus propias opiniones. El psicólogo podría ser un aporte en este sentido.

4. Un punto central en este caso es definir cuál es el mayor bien para el paciente, ¿Por qué?, ¿Cómo se resuelve este punto?

El mayor bien del paciente en este caso es importantísimo ya que pone en el centro del análisis a Jorge (nuestro real paciente) y asegura la mejor y más equilibrada solución según las alternativas.

Para resolverlo hay que intentar manejar la mayor cantidad de información posible, plantear los posibles problemas, discernir los valores involucrados y dar la mejor solución según las circunstancias y consecuencias. En este caso, se puede decir que el médico necesita de la trasparencia y complicidad de la familia y de Jorge para llevar a cabo un tratamiento en forma satisfactoria y para obtener la mayor información que le permita descartar un contexto social del paciente (de gran relación con esta patología sin ser siempre su etiología). Por otra parte, la madre necesita de la confianza e información del médico para poder apoyar la hipótesis diagnostica que tiene éste. En último lugar, Jorge depende del acuerdo de su madre con el médico ya que necesita por un lado un diagnostico y tratamiento adecuados y por otro la aceptación y apoyo a largo plazo de su familia y madre para continuar un tratamiento y profilaxis exitosa.

Lo anterior implica por lo tanto, que debe conseguirse un acuerdo entre la madre y el especialista. Además, debe considerarse la opinión de Jorge para llegarse a un mayor bien, ya que ser niño no es sinónimo de ser un incompetente moral.

5. ¿Qué piensa sobre el modelo de relación médico-paciente de tipo paternalista y la pediatría?

Por lo que hemos leído, podemos decir que el valor general (y moral) que se le otorga a la infancia ha cambiado a lo largo de la historia. Por ejemplo, en las culturas primitivas eran más estimados los ancianos y en la griega los adultos. La pediatría con el tiempo ha comenzado a considerar y valorar cada vez más la moral de los niños describiéndose que estos tienen una moral más “inmadura” respecto a la del los adultos. El paternalismo considera que esto es argumento suficiente para hacer obsoleta la opinión de los niños, sin embargo, ha debido ser dejado de lado por la actual cultura pluralista que si considera la opinión de los padres y de los propios niños (o adolescentes) que cada vez deciden más respecto a las decisiones tomadas sobre ellos. Un ejemplo de este cambio es el consentimiento informado, que efectivamente se da también en esta rama de la medicina, con la salvedad de que se le otorga a los padres. Por último, otro gran cambio que favorece este cambio es la aparición de la no maleficencia como un mínimo versus la beneficencia paternalista, dejando de lado a esta última y dando a la familia la libertad de decidir qué tan “beneficientes” deben ser con ellos.

En conclusión el modelo paternalista parece ser un modelo, si bien aplicable a situaciones determinadas, obsoleto en la gran mayoría de los casos debido a los cambios sociales tanto en la visión sobre los niños como la percepción de la bioética.